10 cosas que mis hijas me han enseñado #MartesdeMaternidad

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He aprendido las cosas más locas de parte de mis hijas. Ya saben: ellas están más cerca de la practicidad que nosotros, que ya estamos desvirtuados por le educación escolar y los zarandeos de la vida.

10 cosas que mis hijas me han enseñado

1- La vida es pura risas

No todo les causa risa, pero cuando algo se las provoca, literalmente, terminan las dos tiradas en el piso, con carcajadas que se debe escuchar hasta la esquina de casa. Cuando una de las dos quiere recuperar la compostura, la otra se ríe más fuerte y vuelta a empezar. Contagian!

2- La vida es puro llanto

No solo tienen dramas personales y muy reales: que no se me ocurra regañar a una delante de la otra porque bueno, frente mancomunado de llanto y explicaciones en defensa de la otra. He visto llorar amargamente a Maia cuando he sentado a Sofía a hacer su tarea y mirarme con carita de es eso necesario?. Me toca dar doble consuelo.

3- Diversión, diversión everywhere

Todo es divertido, todo es para descubrir, investigar cuestionar. Descubrir como funciona un nuevo juguete, patear juntas una pelota, atender a sus «bebés» juntas, compartir una peli… todo les parece divertido y por ende, les provoca entusiasmo.

4- Solo escúchame

Según sus necesidades, cada una me pide su tiempo individual, para mostrarme algo, compartirme algún objeto o contarme algo. Estamos tan estúpidamente acostumbrados a ver hacia adelante, adelantar trabajo, adelantar tares del hogar y no nos tomamos un segundo para escuchar a los más peques. Eso lo aprendo cada día, cuando me concentro en solo prestarles atención a ellas y a nada más.

5- La contemplación es una virtud

Quedarse observando tranquilamente una mariposa, un perro o una planta, es algo que me enseñaron. Y realmente, es como hacer limpieza en tu cabeza y liberarla de un montón de pensamientos que solo ocupan lugar. Ellas lo hacen y lo disfrutan. No dejen de intentarlo.

6- No son mis clones mentales

Así que no puedo esperar que actúen, reaccionen o piensen como yo. Dios las libre!. Tienen sus propias ideas, razonamientos y sentires y no puedo sentirme más que orgullosa de que así sean.

7- No soy el centro del universo

Amarlas más que a mi misma me baja de cualquier intento de egocentrismo. Pensar en ellas y hacer todo por ellas me ha elevado a otro plano de espiritualidad. Es como quitarse un peso de encima.

8- Cualquier oportunidad es buena para… bailar!

Música de películas, el jingle pegadizo de alguna publicidad: todo es excusa para sacudir el esqueleto. Y yo me uno, para diversión de las 3.

9- Esperar

Esperar es otra virtud que me han enseñado a desarrollar. Esperar a que den sus primeros pasos, esperar por su primera palabra, su primer frase, su primer decisión. Esperar a que salgan del baño, esperar a que terminen su plato de comida… esperar me enseñó a respetar sus tiempos. Para qué correr? Nos podemos perder de preciosos e irrepetibles momentos.

10- Felicidad

Muchas cosas pueden ser motivo de felicidad y nada tienen que ver con el dinero o con algo material. Que de casualidad encontremos en la TV que su peli favorita está a punto de empezar, que papá decida pedir pizza o hacer una visita inesperada al parque, son motivos de real y sincera felicidad. De mis hijas y mía.

Y a ti? qué te enseñaron tus hijos?

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Foto | ShutterStock

Soy Viviana, mami de Sofia y de Maia. Dueñas las 3 de F, nuestro amor y rey de la casa. Doula, Social Media Mom & WAHM. Este blog está online de manera ininterrumpida desde 2005.

Discussion12 comentarios

  1. Al final todo se reduce a felicidad, con esos pequeños detalles de reír, bailar, pedir algo, sentirnos útiles para ellos, nos llenan de felicidad. Que bueno que puedas ser tan feliz.

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