La hora de la tarea emociona a pocos pequeños. Y a menos padres, de seguro! Y que sea un exitoso momento o un momento de tensión y lágrimas, depende de los adultos. Por eso, te comparto lo que aprenda luego de varios años de hacer tarea con Sofía y que me reciben como recordatorio ahora que Maia empezará con sus tareas más formales.
Elige un buen lugar para hacer la tarea escolar
– Considera tener una estación de trabajo para el momento de la tarea: allí tendrás todo lo que puedan requerir tus peques sin tener que estar levantándose y perdiendo la concentración. Checa el tutorial para crear tu propia estación de trabajo que les comparto hace un tiempo atrás.
– Libros, diccionarios de la lengua española y de idiomas -si se ocupan- deben estar en un repisa o estantería cercana, al igual que la mochila con los libros que se usaron en el día y lista para ser llenada con los libros y libretas del día siguiente.
– Debes elegir un buen lugar tranquilo de la casa, de ser posible, con suficiente luz natural. Tener un lugar fijo ayuda a la rutina y a la concentración.
– Fijar un horario para mantener la rutina. A algunos les resulta hacer su tarea apenas llegan de la escuela, otros la hacen de mejor manera luego de comer y descansar un rato.
– Aleja los estímulos. Apaga la TV, guarda tabletas si no serán recurso de consulta y por favor, no estés a su lado jugando con tu teléfono, si el ve que tu no te puedes concentrar en ayudarle, qué podrá esperar de si mismo?
Dependiendo de la edad y de la responsabilidad demostrada por tus hijos, ya sabrás si debes permanecer junto a ellos durante toda la realización de las tareas o si solo deberás darle una revisada final.
Si tus hijos practican actividades extraescolares y eso termina siendo un impedimento para realizar su tarea escolar, deben sentarse y revisar seriamente la manera en que se están organizando. Y si no hay forma de realizarla, deberán pensar en cambiar de día o suspender momentáneamente esas actividades extraescolares.
Y solo es cuestión de sentarse a hacer la tarea con la mejor actitud del mundo, para que tus peques no absorban (o peor, luego repitan) comentarios negativos acerca de la maestra.
