Crianza con apego: mi antes y mi despues

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Vivi y Sofi Recuerdo que en la universidad, en mi clase de sociología vimos un documental sobre África, específicamente, sobre las familias africanas.

Mientras se iba narrando el vídeo con imágenes y voz, las imágenes se enfocaban con especial atención a una mujer que llevaba cargando a su bebe. Por supuesto, en Argentina, y hace más de 10 años, yo ignoraba la existencia de la palabra «rebozo».

Cuestión que la señora aparecía con el bebé encima mientras preparaba el desayuno, mientras lavaba sus escasas pertenencias, mientras recolectaban algo de comida. Llegó a aparecer tanto en el vídeo que los comentarios que se empezaron a escuchar en la oscuridad fueron «señora, ya deje a ese niño«, «señora, tire al niño por ahí«, «Señora, que ese chico jamás va a caminar?«. Y otros por el estilo.

Como contraposición, vimos un vídeo sobre una pareja estadounidense, y entre sus comentarios sobre lo importante de al educación, las actividades extraescolares de sus hijos y otros temas, salta el tema del colecho.

«Uhm, dormir con tus hijos?» pensé yo, «eso si que es raro«.

Y el vídeo continuaba con el comentario de la pareja, que el colecho los había vuelto una pareja muy creativa, y mientras su pequeño hijo dormía en la cama matrimonial, la pareja tenía otros lugares de la casa en los cuales hacerse arrumacos. A eso si que no le encontré sentido.

Y un día me convertí en mamá de Sofía, y aunque empecé a practicar tarde el colecho con ella (a sus casi 2 años) la experiencia fue muy buena y la mantuvimos algo mas de 2 años. El último tiempo ya había llegado F a nuestras vidas y ahí si me tocó el curso intensivo de creatividad con él, dado que Sofía dormía en mi cama y luego, F se iba a dormir a su hamaca (no, nunca me acostumbré a dormir en la hamaca, menos a practicar el «hamaca-sutra» jajajaj)

Maia en su mei tai Y Maia es muy inquieta para el colecho, pero ella fue la gran beneficiada del porteo: cada vez que ve que tomo el rebozo o el mei tai, bueno, prácticamente enloquece: sabe que llego la hora de salir a la calle.

Caminar por la calle y sentirla tan cerca de mi es un placer indescriptible. Esto del apego es una gran cosa no dejaba de decirme. Y más ahora, que falta menos de un mes para su primer año: verla observar el mundo que la rodea y sorprenderse con los sonidos de la calle, realmente es impagable.

Y luego de tantos años de haber visto aquellos 2 vídeos, me gusta el camino que tomo mi maternidad y ver el beneficio de mis decisiones sobre mis hijas. Todo gracias al apego.

Animo a todos aquellos que critican ambos métodos por desconocimiento, a que lo prueben y con sinceridad, compartan su experiencia. Con el apego, se gana mucho y se cede muy poco, casi nada…

 

Soy Viviana, mami de Sofia y de Maia. Dueñas las 3 de F, nuestro amor y rey de la casa. Doula, Social Media Mom & WAHM. Este blog está online de manera ininterrumpida desde 2005.

Discussion15 comentarios

  1. Muy lindo. Cuando nació Bam Bam, sabía poco del rebozo porque en el IMSS tuve que tomar unas pláticas para que me dieran mi incapacidad y ahí incluyeron una de rebozo. En el momento me pareció una locura… ¿pero cómo voy a traer a mi bebé ahí?, me pregunté. Me parecía lo más frágil del mundo, además de cero fashion. Nunca imaginé que al nacer, Bam Bam me enseñaría que la palabra «fashion» ya no existía más en mi vocabulario, no por un tiempo. «¿pero qué no saben que existen los canguros de varias marcas?» fue otra de mis preguntas, ignorando también los beneficios de los rebozos sobre estos. En fin… los hijos vaya que te enseñan y hoy soy amante de los rebozos, de la crianza con apego. Aún no del colecho porque la verdad ni Bam Bam ni papá ni yo descansamos muy bien. Quizá tenemos que cambiar de cama x una más grande… xq me queda claro que eso de dormir en su cuna no es algo que Bam Bam adore..

    • Amiga, ya ves, Maia si la acostamos con nosotros, solo lo entiende como juego, y nunca se termina de dormir. Y ponerme yo a hacerme la dormida e ignorarla, tambien se me hace cruel. Asi que empezaremos con el colecho más tarde, como pasó con su hermana….
      Gracias por pasar!

  2. Asi pasa hasta que es uno mamá le encuentra sentido a cierto tipo de información. Con mi primer hijo use rebizo tradicional y con el segundo me regalaron uno de Aros, debo decir que soy dependiente de el, hace unos días lo olvide en casa y casi casi que no me bajo al restaurante, se me hace tal práctico para comer yo y amamantar que me improvise uno con una tela que traia en el auto!!. Como ya tenia experiencia con las posiciones no hubo complicaciones. Del Colecho también empece con la cuna despúes de dos meses de desvelo lo pase a mi cama y fuimos felices los tres, después los cuatro y ahora los dos grandes duermen en su cama y mi pequeña colecha. Creo que me expandí jojo

  3. el porteo casi no lo practiqué, el enano me fue «arrebatado» por mi esposo en cuanto nacio… saliamos del hospital y me dijo…damelo para que puedas bajar la rampa…hoooo gran error, nunca mas me lo solto jajajaja… el fue quien practico el porteo, no con rebozo, sino con una cosa como cuna, nunca la uso como cangurera, perdon por mi ignorancia pero bueno, la cosa es que despues cuando el enano cumplio dos años me enferme y no pude cargarlo mas… me frustre… pero en fin, debo superar eso, ahora me desquito cuando estamos en la sala viendo la tv, lo siento en mis piernas y lo harto de arrumacos (el enano tiene diez años jajaja), tu post es muy interesante, y eso del colecho tienes mucha razon, ya uno se las ingenia para apapacharse, pero el dormir con tus polluelos, sentir sus piecesitos calientitos pegarse a ti… o acurrucarse a lo «suricata» como dice el polluelo, no tiene precio

    • Ay Claudia, si que me reí con lo de «arrebatado» ajajajaja. Lamento lo de la enfermedad, pero veo que si pudiste encontrar la manera de continuar apapachando a tu peque.
      El colecho es riquísimo, yo lo disfruto mucho !!!!

  4. El porteo es maravilloso y nada como dormir con tus bebés, nunc ame tocó hamacasutra jaja pero si nos poniamos creativos por la casa jeje

  5. Sin duda se gana más, mucho más de lo poco que se cede. Tienes toda la razón Vivi y se disfruta enormemente. Espero que dejemos bellos recuerdos a nuestros hijos, recuerdos llenos de amor gracias a estas lindas decisiones de crianza.

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