La mamá invisible

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No, no es el título de una película. Es así como muchas veces nos podemos llegar a sentir las mamás: nos sentimos como un ser invisible.

Y en mi caso, creo que la rutina me vuelve invisible.

El fregadero siempre tiene un plato o un vaso. Nunca termino de lavar cuando vuelve a llenarse con platos de cenas, desayunos o meriendas. Cuando no es que encuentro algún vaso olvidado por la bebé en los lugares menos pensados de la casa.

Es pedirle cada mañana a Sofía que no se queje, que cambie la cara, que sea más optimista para ir a la escuela… salir con ella, caminar, pagar su comida, regresar…

Nunca terminar de tener la casa limpia porque cuando finalice con una habitación, Maia destruyó la sala de juegos y POR SUPUESTO que arrastró una caja a la sala y allí la desparramó, desordenándome la sala también.

Intentar escribir algo, cumplir con los clientes, leer para no desactualizarme…

Volver a la escuela por Sofi, hacerles de comer, ya sentirme casada y apenas va mediodía, dormir a la bebé y decidir si hago la siesta con ella o aprovechó su inmovilidad para medio limpiar otra vez…

Tragarme 5 veces la película de Barbie, de La Llorona o de quien sea la locura de Maia… Ver la tarea con Sofi, levantar a la bebé o no dormirá en la noche, la merienda, llega papá, anochece, la cena, la TV…

Hago lo mismo cada día y sin embargo, creo que no hago nada.

Y me frustro.

Pero luego, ya acostada, pienso en todo lo que hice y me doy cuenta de que hice más de lo «suficiente».

Que tengo hijas sanas y felices.

Un marido que nos ama.

Techo propio.

Y estamos juntos.

Ese pensamiento me reconcilia con la vida y por fin, me duermo.

El optimismo desaparece 6:00 AM en punto, cuando suena la alarma. Y vuelta a empezar.

Pero no me gusta exteriorizar mis quejas. Recuerdo bien cuando trabajaba (leo cosas de esa época y me angustio) y el poco tiempo que me quedaba para Sofía: ahí si que era invisible! Y no cambio mi presente POR NADA del mundo.

Y cada día veo varias veces que las enseñanzas no son en vano, cuando por iniciativa propia, las nenas guardan sus juguetes. O Sofi pone los platos a lavar. O me ayuda a doblar ropa. El ejemplo vale más que 10 horas de aburrido discurso materno.

Me concentro en el aquí y ahora como tanto nos retachaba una profesora de la secundaria. Hoy estamos bien, hoy somos felices y hoy limpié esta parte de la casa. No me pidan más, porque yo tampoco lo pido.

Y cuando me siento «invisible» me abrazo a mis pequeñas y sus bracitos y besos me recuerdan que no lo soy y que aquí estoy para darle todo a mi familia, no importa cuán rutinaria se vuelva la vida.

Soy Viviana, mami de Sofia y de Maia. Dueñas las 3 de F, nuestro amor y rey de la casa. Doula, Social Media Mom & WAHM. Este blog está online de manera ininterrumpida desde 2005.

Discussion43 comentarios

  1. Lo bueno es que a pesar de todo lo que haces, nos compartes tus experiencias aquí. Me ha encantado descubrir tu blog, ten una excelente semana.

  2. El trabajo en la casa es uno d elos más agotadores y menos recompensados, me alegra que seas tú misma y tu familia en quienes sientas tu propia recompensa. Por que escuchar los pasitos por la casa, e incluso esos silencios soispechosos, son momentos invaluables.
    De cansancios y desórdenes… hablamos e mismo idioma, je.
    Saludos.

  3. Muy cierto, yo por el momento estoy «descansando un poco de aseo de la casa» pero no de mi obligación de mamá, ya que llega mi Josué y hay que hacer tarea, cambiarlo y jugar un rato con el, pero ya me queda poco para que se acabe la ayuda, y a darle de nuevo, pero como dices, los hijos sanos y un esposo amoroso lo cambian todo, besos

  4. Monica de Castellanos

    Hola Viviana que bien se siente leer este post y saber que no estoy sola, que muchas veces exactamente es como me siento!!! pero es lo màximo poder estar al lado de mi pequeña, me encanta tu blog te tengo en mi FB y por cierto soy de Guatemala.

  5. Qué tema es este de la invisibilidad de las madres! A mi me pasa igual!
    Lo bueno es contarlo, que te descargues y que otras mamis no se sientan solas o que piensen que solo les pasa a ellas.
    Me encantó «el optimismo desaparece a las 6am» jaja
    Saludos!
    Daniela

  6. Tal cual mi historia, yo también cuando caigo en la queja después me recuerdo a mi misma lo rápido que crecen, es más ya me da nostalgia que no son más chiquitos, el más grande tiene 11 y se acerca a la adolescencia ¡juntar juguetes desparramados tal vez nos parezca una tontería con lo que nos espera!! ojalá que no! jejeje
    Abrazo ami ¡yo te veo, no sos invisible!

  7. Tambien me he sentido invisible, un mueble mas, aunque tambien me gusta ver mi casa limpia he comprendido que teniendo hijos pequeños es imposible mantenerla totalmente limpia ahora ya no me agobio, disfruto mas los momentos y tambien me recompenzo por lo trabajado
    saludos !

  8. Totalmente identificada, justo ayer tuve una crisis de esas mismas, agregale 8 kgs de mas encima por el embarazo, mas las angustias, algunos achaques propios de la etapa. puffff y no te ha pasado que un dia dices… ja! hoy no recogere juguetes.. me rehuso… termina la casa peor y despues te da un sentimiento como de culpa por no haberlo hecho o como de que no «cumpliste». Vaya a veces uno mismo es el peor enemigo … me salva un pensamiento que me repito a mi misma: en este momento a la persona a la que tengo que tener mas paciencia es a mi misma. 🙂 Saludos desde la blanca Merida.

  9. Gracias por exteriorizar lo que muchas madres sentimos. Con el tiempo y tres hijos he aprendido que no hay nada mejor en la vida que disfrutar los momentos que podemos compartir con nuestros pequeños, porque crecen tan rápido y solo nos quedan los hermosos recuerdos.

  10. Así creo nos hemos sentido todas más de una vez, pareciera que la rutina nos traga. En este tiempo que se quedó solo en casa mi esposo e hizo todo lo que me toca hacer cada día, me dijo ahora sé y entiendo todo lo que tienes que hacer a diario. Por fin ha reconocido mi esfuerzo. Y por fin entendió que en ocasiones por más que limpies parece que no, llega una hora del día que hiciste e hiciste y la casa se ve igual y parece que no hiciste nada. Te mando abrazo.

    • Así es, Anitza, algo similar me acaban de comentar en Facebook.
      Yo sé que tu marido ya valoraba todo lo que hacías, peor hasta ahora tomó real conciencia de lo que es atender una casa.. y eso que no le tocó estar atendiendo a una criatura a la par, ya ni decir dos!

  11. Yo creo que tengo las hormonas muy alteradas y es la razón por la que te leo y lloro. La verdad es que cuando escuchas a alguien que pasa en ciertos casos lo mismo que tu, el mundo para y sientes que no vas tan sola con ese sentimiento.
    No cambio el estar con mi nena en casa. La he disfrutado y me he descubierto de una manera hermosa.

    Pero no deja de ser cansado el no ver los «resultados» que una quisiera.
    Lo peor es que a veces escucho gente que me pregunta, no te aburres de estar en casa?? Qué haces para no aburrirte? No crees que te falta hacer algo MÁS PRODUCTIVO?? Claro, todos pensamos de maneras diferentes. Pero para mi más productivo que atender mi familia, casa, criar a mi hija no hay, pero aún así pegan esas frases a veces.

    Gracias!

    • Ay Claudia !!! La gente habla solo porque es gratis. Les tienes que retrucar de manera inmediata para que se avergüencen y se den cuenta que tienen q empezar a tomar un miligramo de UBICATEX:

      Y A TI TE PARECE QUE ATENDER PERSONALMENTE MI CASA Y MI FAMILIA NO ES PRODUCTIVO??????????

      Ánimos,a todas nos da el bajón, pero no hay nada como estar al pendiente de la familia !

  12. Siempre digo que nunca había estado tan cansada y había trabajado tanto hasta que «deje de trabajar» y es que el trabajo en casa y de crianza no es valorado y por eso se hace más cansado…
    Pero, creo y espero, que al ver a nuestros hijos siendo adultos felices será el gran pago, esto es un trabajo de inversión a largo plazo, al menos es la forma en que me consuelo.
    Un abrazo

    • Oh, claro, esto es a «largo plazo» seguramente… pero desde ahora voy viendo que nunca estuvo mejor invertido mi tiempo, que cuando paso todo mi tiempo con ellas.

  13. Me encanto como cierras, abrazar a nuestros hijos es un balsamo muy especial casi que te veo invisible abrazando a Maia y a Sofia y regresandote de a poco el color, la rutina puede ser devastadora pero los peques son lo mas

  14. En algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido que lo que hacemos no es suficiente. En mi caso trabajo fuera del hogar y cuando llegó me tocan las tareas del hogar. Lo único que me ayudado a no volverme loca es la planificación.

  15. Creo que me siento bastante identificada con este post, muchas veces me siento como si no pasara mucho tiempo con mi hijo aunque estoy en casa por estar haciendo mil y un tareas luego me doy cuenta que no es cierto que gracias a Dios no me he perdido nada de su desarrollo y que cuando se cae ahi estoy para ayudarlo y abrazarlo, así que como tu lo veo y me calmo, pero siempre ahí días así, aunque se pagan bien con las alegrías que me da estar con mi hijo día a día.

  16. Al menos logras descansar por unas horas, en ocasiones me da el insomnio de las mil cosas que tengo que hacer, como en este instante, que mi Leo tiene solamente una chamarra de deportes, y se le ocurrió quitársela en el sillón y tirarle un yogurth encima, la acabo de lavar y espero que se seque, en la noche seguro no podré dormir pensando en la mugrosa chamarra en lugar de disfrutar mi sueño. Aunque como siempre tienes razón, aún con todo lo malo no cambiaría nuestro tiempo por nada.

    • Ventilador sobre la chamarra a full !!! Querida, mi cabeza también vuela, pero hago el esfuerzo para evitarlo: se necesita descansar!!!

  17. Lo sé bien, a veces así pasa y me recuerda mucho un video que les compartí hace años y su frase principal, las mamás construimos catedrales.
    Nunca las veremos terminadas pero sabemos que con nuestras bases firmes se mantendrán como soñamos o mejor.
    Abrazos solidarios

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